La transición es otra forma de pensar sobre los cambios que ocurren en la vida de un niño. Para que las transiciones sean exitosas, las familias y los cuidadores/educadores deben compartir información, centrarse en las relaciones de apoyo y alinear la programación para garantizar la coherencia y la estabilidad. Los niños, las familias y los cuidadores/educadores entienden mejor las nuevas expectativas cuando pueden practicar adaptarse a los nuevos entornos. Ayudar a los niños a manejar temprano en la vida sus reacciones emocionales y conductuales ante las transiciones les permite establecer habilidades de afrontamiento positivas que tendrán impactos de largo alcance más allá de los primeros años. A cualquier edad, considere las siguientes estrategias para ayudar a los niños a sentirse seguros y apoyados durante todas las transiciones.
- Mantener rutinas. Desde que los niños nacen, sus días están llenos de rutinas como la hora de acostarse, la hora de comer y el cambio del pañal. Usted puede ayudar a los niños a gestionar las transiciones estableciendo rutinas que sean familiares y predecibles.
- Ser receptivo. Cuando los bebés y los niños intentan comunicar que necesitan ayuda, responda lo más rápido posible en una forma predecible y consistente. Responder a las necesidades de los niños de manera oportuna y consistente ayuda a desarrollar relaciones seguras, que son críticas durante las transiciones. Las relaciones seguras con un adulto conocido facilitarán que los niños exploren más cómodamente y creen vínculos en los nuevos entornos con nuevos cuidadores y amigos. Adicionalmente, las relaciones seguras ayudan a desarrollar la autoeficacia de los niños para que comuniquen sus necesidades a los adultos y compañeros, y para que sepan que los demás responderán a sus necesidades.
- Utilizar imágenes. La capacidad de los niños para entender y utilizar el lenguaje puede afectar la forma en que ellos llevan a cabo las transiciones. Conocer el nivel de habilidad del lenguaje receptivo y expresivo de los niños y el/los idioma/s que ellos hablan es útil para entender cómo apoyarlos. El uso de recursos y avisos visuales puede ayudar a todos los niños, no solo a aquellos con habilidades del lenguaje limitadas. Los elementos visuales ayudan a los niños a prepararse mejor para los cambios que vendrán después. El cambio puede ser más fácil de aceptar cuando sabemos lo que viene. Por ejemplo, enseñe a los niños una imagen de su nuevo salón de clases o escuela, o use horarios visuales con los niños mayores para ilustrar lo que sucede durante el día.
- Ser un modelo a seguir. Usted puede ayudar a los niños a desarrollar sus propias habilidades de afrontamiento modelando su propio comportamiento social positivo durante los momentos de estrés. Enséñeles a los niños cómo usted también se siente estresado, abrumado o asustado. Modelar el uso de las palabras para describir los sentimientos. Comparta un momento en que usted tuvo miedo de algo nuevo y lo que hizo para sentirse más cómodo. Modelar estrategias para manejar el estrés y manejar sus propias emociones y el comportamiento que los niños pueden Utilizar, tales como ir a caminar, hablar con un amigo o escuchar música relajante.
Es igualmente importante reconocer que las familias tienen sus propias reacciones variables a las transiciones. Los padres pueden sentir emoción o temor por un cambio, o preocuparse por la incertidumbre de lo que ese cambio significará para su familia. Es importante que los profesionales de cuidado y educación temprana mantengan una comunicación y relaciones cercanas con las familias para ayudar a aliviar los temores durante las transiciones. Al igual que con las reacciones de los niños, las reacciones de las familias durante las transiciones pueden diferir según su cultura, idioma y experiencias pasadas. Los profesionales de la primera infancia pueden:
- Conectarse personalmente con las familias.
- Preguntar a las familias qué esperan y qué les preocupa acerca de los cambios por venir.
- Comenzar a hablar y a prepararse con suficiente anticipación para los cambios por venir, a fin de que los niños y las familias procesen mejor el cambio.
- Organizar ocasiones para que las familias y los niños conozcan a los maestros nuevos y visiten los salones de clases.
- Mantener expectativas comunes y experiencias consistentes en todos los entornos y con todos los cuidadores para apoyar la continuidad de la atención.
- Incluir a las familias en los planes de transición para individualizar el apoyo a las necesidades de cada niño.