Desarrollo del Lenguaje

El dominio de Desarrollo del lenguaje describe la capacidad en desarrollo de los niños para comunicarse de manera efectiva (lenguaje expresivo) y comprender (lenguaje receptivo) el lenguaje oral en diferentes entornos y para una variedad de propósitos. Dichas habilidades son clave para el aprendizaje y la competencia social de los niños. La comprensión y el uso del lenguaje también están estrechamente relacionados con el desarrollo de la alfabetización de los estudiantes y su posterior éxito en el aprendizaje de la lectura y la escritura.

Desarrollo del Lenguaje

Indicadores
Los niños pequeños pueden. . .

Ejemplos
Los niños pequeños pueden. . .

Apoyos sugeridos
Los adultos pueden. . .

1. Asistir y comprender: La capacidad de entender o comprender el lenguaje.

  1. Prestar atención al lenguaje durante las conversaciones, canciones, historias u otras experiencias de aprendizaje.*
  2. Comprender vocabulario cada vez más complejo y variado.*
  3. Comprender diferentes formas del lenguaje, como las preguntas o las exclamaciones.*
  4. Seguir instrucciones de dos o tres pasos.*
  5. Comprender diferentes estructuras gramaticales o reglas para utilizar el lenguaje.*

• Escuchar historias, poemas y canciones adecuadas para su edad que sean ricas en vocabulario descriptivo.
• Comprender algunas palabras que transmitan conceptos especiales (por ejemplo, primero/último, arriba/abajo).
• Demostrar el uso del vocabulario en el lenguaje oral para expresar ideas y eventos. *
• Hacer conexiones entre palabras con significados similares.
• Seguir instrucciones de dos pasos.

• Introducir nuevas palabras y conceptos diciendo lo que los niños están haciendo y experimentando.
• Involucrar a los niños en conversaciones sostenidas, y siguiendo sus intereses con preguntas y comentarios.
• Usar expresiones faciales, gestos y un vocabulario rico y variado con los niños.
• Brindar instrucciones de forma clara, positiva, respetuosa y solamente según sea necesario.

2. Comunicarse y hablar: La capacidad de utilizar el lenguaje.

  1. Variar la cantidad de información proporcionada para satisfacer las demandas de la situación.
  2. Comprender, seguir y utilizar las reglas sociales y de conversación adecuadas.
  3. Expresarse en formas cada vez más largas, detalladas y sofisticadas.*
  4. Participar en conversaciones de más de tres intercambios con compañeros y adultos.*
  5. Usar el lenguaje para expresar ideas y necesidades.*
  6. Comprender la diferencia entre una pregunta y una oración afirmativa.*
  7. Practicar hacer preguntas y hacer oraciones afirmativas.*
  8. Hablar en oraciones de cinco o seis palabras.*

• Compartir sus ideas y experiencias en pequeños grupos.
• Usar el lenguaje como parte del juego de simulacro para crear y representar roles.
• Usar oraciones completas cuando sea adecuado.
• Describir experiencias y volver a contar historias simples.
• Usar el lenguaje para establecer y mantener las relaciones.

• Hacer preguntas abiertas que requieran más que una respuesta de “sí” o “no”.
• Usar un lenguaje descriptivo.
• Brindar oportunidades para que los niños participen en el diálogo, incluso conversaciones individuales y en grupo.
• Estructurar actividades para que los niños puedan participar en contar historias o contar eventos expresándose a través de diversos medios, como el habla, la pantomima, señalar, el juego de roles.
• Variar el “tiempo de espera” o la cantidad de tiempo que los niños pueden responder Los niños de algunos orígenes culturales encuentran el ritmo de las interacciones verbales en las escuelas de EE. UU. muy diferente de lo que ellos están acostumbrados.

3. Vocabulario: La capacidad de utilizar una variedad de palabras.

  1. Entender y usar una amplia gama de palabras para una gama de propósitos.*
  2. Demostrar que comprenden las categorías de palabras y las relaciones entre las palabras.
  3. Usar vocabulario cada vez más complejo y variado.*

• Demostrar el uso de múltiples (dos o tres) palabras o signos nuevos al día durante el juego y otras actividades.
• Demostrar reconocimiento y/o familiaridad con palabras clave de un dominio específico que se escuchan durante la lectura o las discusiones.
• Con exposiciones múltiples, utilizar un nuevo vocabulario de un dominio específico durante las actividades, como el uso de la palabra “capullo” cuando aprende sobre el ciclo de vida de las orugas, o “cilindro” cuando aprende sobre las figuras tridimensionales.
• Con apoyo, hace conjeturas sobre el significado de las palabras nuevas a partir de pistas del contexto.
• Clasificar palabras u objetos, como clasificar un casco, máquinas y herramientas en el grupo de construcción, o dar muchos ejemplos de animales de granja.
• Analizar palabras nuevas en relación con palabras conocidas y categorías de palabras, como “Se cayó al fondo cuando se hundió” o “Cuando rebotas es como saltar sobre una pierna” o “El oso y el zorro son animales salvajes”.
• Identificar características compartidas entre personas, lugares, cosas o acciones, como identificar que tanto los gatos como los perros son peludos y tienen cuatro patas.
• Demostrar la capacidad de distinguir palabras similares, como “¡No me gusta, me encanta!” o “Es más que alto, es gigantesco” o “Hace mucho frío, está helado”.

• Observar dónde miran los niños y luego hablar sobre en qué se están enfocando usando un vocabulario interesante y rico.
• Introducir palabras que describan objetos, acciones y atributos (por ejemplo, incluir verbos como “galope” y “remontarse”, así como adjetivos como “enorme” y “minúsculo”).
• Aclarar o explicar palabras nuevas o desconocidas que se relacionan con objetos o acciones cotidianas con las que los niños están familiarizados.
• Jugar juegos de clasificación que refuercen la idea de las categorías (p. ej., círculos en una caja, cuadrados en la otra; fruta en un tazón, verduras en la otra; “Todos los niños con cabello rizado, hagan fila para lavarse las manos a la hora de la merienda.”
• Reforzar las categorías haciendo que los niños identifiquen el artículo en un grupo que es diferente (por ejemplo, oso, gato y avión).
• Incorporar el aprendizaje específico del idioma en las transiciones del salón de clases (por ejemplo, dirigir a los niños al frente o al final de la línea o al lado o detrás de un niño en particular).