El interés de los bebés en otras personas, evidente en los primeros meses de vida, se extiende a su interés en otros niños y forma la base de las relaciones posteriores con sus compañeros. A los seis meses de edad, los bebés pueden comunicarse con otros bebés sonriendo, tocando y balbuceando. Las reacciones tempranas, tales como llorar en respuesta a otros bebés que lloran, son signos de que los bebés están desarrollando empatía hacia sus compañeros. Para que estos comportamientos tempranos se desarrollen como habilidades sociales, los bebés y niños pequeños deben ser guiados en sus interacciones con sus compañeros y se les debe enseñar explícitamente las reglas sociales de estas interacciones. Los cuidadores deben tener en cuenta las diferencias culturales en las reglas de las interacciones sociales entre los niños, así como entre los niños y los adultos. Además, se debe prestar especial atención a los niños con retrasos en el desarrollo o con discapacidades que pueden presentar dificultades relacionadas con las habilidades de atención e imitación. Los niños con vocabularios limitados también pueden afrontar dificultades en cuanto a establecer relaciones con sus compañeros, y necesitarán apoyo adicional para tener éxito en sus esfuerzos de comunicación.
Desarrollo social