Hogar a la escuela

Ir a la escuela por primera vez, ya sea cuando es un bebé, un niño pequeño o un niño en edad preescolar, a menudo implica sentir emociones contradictorias, tanto para los niños como para los padres. Los padres inscriben a sus hijos en un entorno de cuidado en grupo, tales como una guardería, el preescolar o el programa de Head Start, por muchas razones diferentes. Algunas personas necesitan que alguien cuide de los niños para poder trabajar, mientras que otros tal vez busquen oportunidades para socializar. Independientemente del motivo o la edad del niño, la transición del hogar a cualquier cuidado fuera del hogar es una transición significativa que es estresante, tanto para los niños como para los padres.
Los padres y cuidadores deben prestar atención al temperamento del niño cuando lo preparan para efectuar la transición escolar. Si un niño tarda en adaptarse en casa (por ejemplo, si es sensible a los cambios en su rutina, ropa o comida), también puede tener dificultades para hacer la transición a un nuevo ambiente.
Para los niños que se adaptan lentamente, puede ser beneficioso introducir gradualmente el cambio. Los niños mayores pueden preocuparse por los cambios o por asistir a una nueva escuela, lo cual puede dar lugar a diferentes reacciones, tales como el retraimiento, la agresión o la regresión en sus habilidades. Por ejemplo, un niño que ya ha sido entrenado para ir al baño puede comenzar a hacerse encima sin querer. Cosas que un niño alguna vez realizó de forma independiente, como alimentarse, ahora puede pedir a un padre que se las haga. Deles tiempo a los niños para que se adapten y apóyelos mientras realizan la transición; su independencia volverá una vez que se sientan cómodos en su nuevo entorno.

Dependiendo de su edad, una serie de estrategias diferentes pueden apoyar la adaptación de los niños:
• Leer libros sobre ir a la escuela.
• Independientemente de las habilidades lingüísticas de su hijo, usted puede hablar sobre lo que sucede en la historia y cómo se sienten los personajes, entablando conversaciones de manera natural para preguntar a los niños mayores cómo se sienten acerca de ir a la escuela.
• Participar en escenarios de mentira sobre ir a la escuela, bien sea con muñecas, peluches u otros juguetes, puede ayudar a los niños a compartir cómo se sienten.
• Visitar juntos la escuela y el salón nuevo, tomándose el tiempo para jugar en el patio de recreo o en el salón de clases.
• Observar lo que le gusta a su hijo sobre el nuevo salón de clases y recordarle lo que espera de su nueva escuela o salón de clases.
• Comunicarse con el docente del salón de clases para permitir que su hijo traiga un objeto familiar de la casa y colocar fotos de la familia en el salón.
• Estar preparados para tener una despedida más larga las primeras mañanas, para ayudar a facilitar la transición.

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